Prácticas del lenguaje



Pensar en las prácticas del lenguaje implica concebir de otro modo el objeto de enseñanza. Ya no se trata de enseñar lengua –los tipos de textos y sus aspectos lingüísticos– sino las prácticas sociales que llevamos a cabo con el lenguaje: hablar y escuchar, leer y escribir.
Si el objeto son estas prácticas, los contenidos fundamentales de enseñanza son los quehaceres del hablante, del lector y del escritor, por ejemplo relatar una experiencia a otros, escuchar atentamente un relato, compartir la lectura de un texto, comentar lo leído, releer un párrafo que no se comprendió, planificar lo que se va a escribir en relación con el propósito, etc.
Los niños llegan a la escolaridad con prácticas diferentes con el lenguaje, producto de su historia familiar y social, de la posibilidad de participar en conversaciones.
La literatura es de suma importancia para el desarrollo de lenguaje y creatividad. La identificación con el personaje del texto literario es el punto de partida para que deseen escucharla, hablarle, y a veces inventar nuevas aventuras de su héroe predilecto. Conviene recordar la riqueza del patrimonio cultural de nuestras raíces, de la historia de la Argentina, de la historia de toda Latinoamérica.
En síntesis, este objeto complejo de enseñanza, las prácticas sociales del lenguaje, nos exigen propuestas didácticas que respeten e incluyan la diversidad como posibilidad de enriquecimiento no solo lingüístico y cognitivo, sino también sociocultural.


Poesías


SAPITO GLO GLO GLO –
JOSE SEBASTIAN TALLON

Nadie sabe donde vive
nadie en la casa lo vio.
Pero todos escuchamos
al sapito glo...glo...glo...

¿Vivirá en la chimenea?
¿Dónde diablos se escondió?
¿Dómde canta cuando llueve?
El sapito glo...glo...glo...


¿Vive acaso en la azotea?

¿Se ha metido en un rincón?
¿Está bajo de la cama?
¿Vive oculto en una flor?


Nadie sabe donde vive.

nadie en la casa lo vio
pero todos escuchamos

cuando llueve: glo...glo...glo...

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LA VIEJECITA – RAFAEL SANTOS TORROELLA

Erase una viejecita
que vivía en un zapato
y le hacían compañía
veinte niñitos y un gato.

Unos lloran,otros ríen,
otros hacen garabatos,
y miau,miau dice el gatito
pidiendo leche en su plato.


¿SABEN…? – ELSA BORNEMANN


¿Saben qué le sucede a esta lombriz,
que se siente infeliz,muy infeliz?
Pues no le pasa nada,
Sólo que está resfriada
Y no puede sonarse la nariz.
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COCORDRILO – MARÍA ELENA WALSH

Cocodrilo come coco
muy tranquilo,
poco a poco.
Y ya separó un coquito
para su cocodrilito.
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LA VIBORITA – MARÍA ELENA WALSH

La viborita se va
corriendo a Vivoratá
para ver a su mamá.
La cabeza ya llegó
pero la colita no.
Terminó.


GATITO Y LA LUNA – ALICIA ZAINA

En la media luna blanca
hay un gatito sentado.
Sorprendidas, las estrellas
preguntan cómo ha llegado.

La luna no dice nada,
tampoco el gatito gris.
¿Por qué guardan el secreto
y no lo quieren decir?
Me parece que los sueños
de gatos enamorados
en noches de media luna
pueden verse realizados.

A la luna se ha trepado
un pequeño gato gris.
Acurrucado se acuna,
bosteza y duerme feliz.

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PALOMA QUE VAS VOLANDO – LAURA DEVETACH

Paloma que vas volando
y en el pico llevas hilo
dámelo para coser
tu corazón con el mío.

El día que tú naciste
nacieron las cosas bellas,
nació el sol, nació la luna,
y nacieron las estrellas.

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MI CONEJO SERAFÍN – MARTA GIMÉNEZ PASTOR

Aquí les traigo señores
al conejo Serafín
lo encontré comiendo pasto
en el fondo del jardín.

Se los mostraré de frente
de colita y de perfil
pueden darle zanahorias
pero nunca perejil.

Yo me lo llevo a la escuela
pero él no aprende a leer
porque en las horas de clase
por el patio va a correr.

Serafín tiene en los ojos
dos piedritas de rubí
y un tapado suavecito
como flor de bombasí.

A la hora de la siesta
yo lo acuesto a Serafín
con escarpines de lana
y piyama de jazmín.

Serafín, mi conejito
tiene sueños de aserrín
cuando él duerme yo le canto
noni noni Serafín...

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ALLÁ ESTÁ LA LUNA - FOLKLÓRICA

Allá está la luna,
comiendo aceituna.
Yo le pedí una,
no me quiso dar.
Saqué el pañuelito,
me puse a llorar.
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LA GALLINA PAPANATA - FOLKLÓRICA

La gallina papanata
puso un huevo en la canasta;
puso uno, puso dos,
puso tres, puso cuatro,
puso cinco, puso seis,
puso siete,puso ocho,
puso nueve, puso diez,
¿querés que te lo cuente otra vez?

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LOS SAPITOS - FOLKLÓRICA

Los sapos de la laguna
huyen de la tempestad.
Los chiquitos dicen :-tunga
y los grandes:-tungairá.
Sapito que tunga y tunga,
sapito que tungairá!


UN ELEFANTE - FOLKLÓRICA

Un elefante
se balanceaba
sobre la tela de una araña.
Como veía
que se mantenía
fueron a llamar a otro elefante.
Dos elefantes
se balanceaban...
(se repite aumentando el número de elefantes)

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LOS CANGREJOS - FOLKLÓRICA

Marchaban los cangrejos,
marchaban al compás,
y el paso de adelante
lo daban para atrás.

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COMPRÉ UNA CAJITA – EDITH VERA

Compré una cajita
de plata muy fina
y si quiero abrirla
le debo decir:
Galipán,pin,pan,
pan,pan,pin,pan.

Compré un baulito
de cuero bonito,
y si quiero abrirlo
le debo decir:
Peripón,pin,pon,
pon,pon,pin,pon.

Y en un pin,
y en un pon,
salta de ellos
¡Un bombón!

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CARACOL – MARÍA ALICIA DOMÍNGUEZ

No te escondas, caracol
seguimos por la vereda
tu caminito de seda.
No te escondas, caracol,
Quil,col,
saca los cuernos al sol.

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ESTE PERRITO MÍO – BLANCA R. DE JACCARD

Este perrito mío
no tiene cola;
 bueno,un poquito tiene,
más que de sobra...

¡Y si vieran ustedes
cómo la mueve,
y me dice con ella
cuánto me quiere!

Vamos,perrito mío,
ven a jugar.
Y él me mira y responde:
Guau,guau,guau,guau.

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HABÍA UNA VEZ - BLANCA R. DE JACCARD

Había una vez
un globito marrón
que siempre quería
viajar en avión.
Pero un día se encontró
con un alfiler ...
mi globito hizo:¡pum!
¡qué le vamos a hacer!

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Adivinanzas

Orejas largas,
rabo cortito;
corro y salto
muy ligerito.
(El conejo)

Soy grande y redondo
de rayos dorados
y brillo en el cielo
si no está nublado.
(El sol)

Blancos son,
las gallinas los ponen,
con aceite se fríen
y con pan se comen.
(Los huevos)

Poncho duro por arriba,
poncho duro por abajo.
Patitas cortas,
cortito el paso.
(la tortuga)

Dos buenas piernas tenemos
y no podemos andar,
pero el hombre sin nosotros
no se puede presentar.
(Los pantalones)
En lo alto vive,
en lo alto mora,
en lo alto teje
la tejedora.
(la araña)

¿Quién es el rey del gallinero?
¿Quién cantando anuncia al sol?
¿Quién te dice muy contento:
Quiquiriquí,aquí estoy?
(El gallo)

Salta,salta
y la colita le falta
(El sapo)

A pesar de tener patas
yo no me puedo mover,
llevo la comida encima
y no la puedo comer.
(La mesa)

Con alas brillantes
de alegres colores
vuelan muy contentas
cerca de las flores.
(mariposas)

Siempre quietas,
siempre inquietas,
dormidas de día,
de noche despiertas.
(las estrellas)

Tengo cola y no soy animal
y aunque subo muy alto, muy alto
de las alas del ave estoy falto
y no puedo a mi antojo volar.
(El barrilete)

Tamaño como un ratón,
guarda la casa como un león.
(la llave)

Pasea de noche
y duerme de día,
le gusta la leche
y la carne fría.
(El gato)

Si lo nombro, lo rompo.
(El silencio)

Amarilla como la ves,
comida de mono es.
(la banana)

Tiene un número
 en la frente
y transporta
mucha gente.
(el ómnibus)

¿Quién es, quién es
el que bebe por los pies?
(El árbol)

De mar adentro llegó
un experto nadador;
abrió su boca y mostró
muchos dientes de terror.
(el tiburón)

Tronco alto
Verdes hojas
Cuando hace calor
Yo busco su sombra
(El árbol)

Tengo traje verde
todo arrugadito
lo lavo en los charcos
lo seco al solcito.
(el sapo)

Redondo,redondo
sin tapa y sin fondo.
(El anillo)

Me rodea, me rodea,
me sigue por donde voy;
y aunque jamás yo lo vea
él está donde yo estoy.
(El aire)

Una casita con dos ventaniscos
que si la miras te pones bizco.
(la nariz)

Redonda y sabrosa,
humeante y caliente;
la corto en porciones,
le clavo los dientes.
(la pizza)

Trabalenguas

Camarón come caramelo,
caramelo come camarón.

Pepe pide pipas y Pepe pide papas
pudo Pepe pelar pipas
pero no pudo Pepe pelar papas
porque las papas de Pepe no eran papas
¡eran pepinos! ...metió la pata.

Cuando cuentes cuentos
cuenta cuántos
cuentos cuentas.

En la calle Callao
cayó un caballo bayo
al pisar una cebolla.

El perro de San Roque
no tiene rabo
porque Ramón Ramírez
se lo ha robado.

Compré pocas copas,
pocas copas compré.
Como compré pocas copas,
pocas copas pagué.

Me trajo Tajo tres trajes
tres trajes me trajo Tajo.

Paco,Paco,
poco,poco,
tú no sabes,
yo tampoco
Me han dicho que has dicho un dicho
que han dicho que he dicho yo;
el que lo ha dicho,mintió.

A cuesta le cuesta
subir la cuesta
y en medio de la cuesta
va y se recuesta.

Erre con erre guitarra,
erre con erre carril.
Mira qué rápido ruedan
las ruedas del ferrocarril.

Poquito a poco,
Copete empaqueta
poquitas copitas
en este paquete.

Una vieja bodija,
perico tija y tarantantija,
tenía tres hijas bodijas:
Perica,Tija y Tarantantija.

En la casa de Mariana
se escondieron las bananas
un domingo a la mañana
Pablito clavó un clavito
¿Qué clavito clavó Pablito?

Si le echa leche al café
para hacer café con leche
para hacer leche con café
¿qué hace falta que le eche?

Si Pancha plancha
con cuatro planchas,
con cuatro planchas
Pancha plancha.

Cuentos 



¿QUÉ SE PONDRÁ OSITO?

Else Minarik 
en Osito;Alfaguara;Bs.As.


- ¡Qué frío! – dijo mamá Osa -. Mira la nieve,Osito. 
- Mamá Osa,tengo frío - dijo Osito. 

- Vete,frío –dijo mamá Osa -,que mi Osito es mío.


Mamá Osa cosió algo para Osito.
 - Mira,Osito –le dijo -.Tengo algo para ti. 
- ¡Qué bien! –dijo Osito. 
- Es un gorro para el frío. 
- ¡Qué bien,qué bien,qué bien! –dijo Osito 
-.¡Fuera,frío,que mi gorro es mío!



Osito volvió a casa. 
- ¿Qué te pasa,Osito? 
- Tengo frío – dijo Osito. 
- Vete,frío – dijo mamá Osa -,que mi Osito es mío. 
Mamá Osa cosió otra cosa para Osito. 
- Mira,Osito – le dijo -.Tengo algo para ti. 
- ¡Qué bien,un abrigo para el frío! –dijo Osito 
-.¡Fuera,frío,que el abrigo es mío!



Y se fue a jugar. Osito volvió a casa otra vez. 
-¿Qué te pasa,Osito? 
- Tengo frío – dijo Osito. 

- Vete,frío – dijo mamá Osa -,que mi Osito es mío.


Entonces mamá Osa cosió otra cosa para Osito.

- Mira,Osito –le dijo–.Tengo algo para ti. Póntelo y no tendrás frío. 

- ¡Qué bien,qué bien,qué bien! –dijo Osito–.¡Un pantalón para la nieve! ¡Fuera,frío,que el pantalón es mío!


Y Osito se fue a jugar. Osito volvió a casa otra vez. 
- ¿Qué te pasa,Osito? 
- Tengo frío – dijo Osito. 
- Vete,frío –dijo mamá Osa–,que mi Osito es mío. 
- Osito mío – dijo mamá Osa–,tienes un gorro,tienes un abrigo, tienes un pantalón para la nieve. ¿Quieres tener también un abrigo de piel? 

- ¡Sí! –dijo Osito–.Quiero también un abrigo de piel.


Entonces mamá Osa le quitó el gorro,el abrigo,el pantalón para la nieve y le dijo: 
- ¡Ea! Ya tienes abrigo de piel... 

- ¡Qué bien,qué bien,qué bien! – dijo Osito -.¡Ya tengo un abrigo de piel! Ahora ya no tendré frío.


Y,efectivamente,ya no tuvo frío. ¿Qué les parece? 




EL GRILLO QUE QUERÍA TENER UNA CASITA

Juana Teresita Costas 
en Los tres Vestidos de Fina;Guadalupe;Bs.As

Había una vez un grillito que quería tener una casita sólo para él. Vivía en un jardín lleno de flores y su lugar preferido era una enredadera que cubría los pies de una estatua. Pero ésa era una casa demasiado grande para un grillo tan pequeño. ¿Dónde encontrar una casita para un grillo? Una tarde antes de que el sol se ocultara salió de su escondite y descubrió con gran alegría una casita redonda y pequeña. Entonces cantó:

– Cri,cri,cri,cri ¿Mi casita está aquí?

Al escuchar el canto del grillo una cabeza con dos cuernitos se asomó y contestó:

– No señor, no señor. Es la casa del caracol.

El grillito dio un salto alto,alto y desapareció. Pero fue a caer justito al lado de un nido pequeño y redondo. Entonces cantó:

– Cri,cri,cri,cri ¿Mi casita está aquí?


Al escuchar el canto del grillo una cabeza con un piquito se asomó y contestó:

– No señor,no señor. Es la casa del picaflor.

El grillito dio un salto alto,alto y desapareció. Pero fue a caer justito sobre una rosa roja. Entonces cantó:

– Cri,cri,cri,cri ¿Mi casita está aquí?

Como nadie le contestó entró en la rosa roja y se quedó allí cantando: – Cri,cri,cri,cri ¿Mi casita está aquí? – Cri,cri,cri,cri ¿Mi casita está aquí?

El grillito estaba tan escondido que el viento creyó que era la rosa que cantaba y llevó la noticia a todos los insectos del jardín. Las mariposas y picaflores,se tomaron de las alitas y bailaron alrededor de la rosa roja.Y así termina el cuento del único grillo cantor que encontró su casa en una flor.

CUENTO DE LA POLLA 


Laura Devetach 
en Una caja llena de....;Colihue;Bs.As.

Érase que se era una pollita un poco qué-sé-yo.Un día le dieron ganas de salir a dar una vuelta por ahí,a ver qué había de nuevo.

Pero... - ¡Uy! –dijo–.Si me voy no me quedo,y si me quedo no me voy. ¡Qué sé yo! 

Picoteó tres yuyos mientras pensaba.Uno más largo,uno más cortito,y otro que parecía un rulo. 

Y decidió irse nomás. 

Para eso tuvo ganas de pintarse el pico con la fruta de la tuna que ya estaba del color de la puesta del sol.Pero... 

- ¡Uy! –dijo–.Si me pinto me va a quedar el pico todo colorado, y si no me pinto voy a quedar paliducha igual que siempre. ¡Qué sé yo! –pensó mientras miraba fijo fijo un agujerito del suelo. 

Y eligió pintarse. 

Buscó hasta que encontró una tuna que parecía una luz roja allá arriba en su tunal.. 

- ¡Uy! –dijo–.Si la bajo tengo que saltar como una rana,y si no la bajo la tuna quedará allá,tan campante.¡Qué sé yo! 

Se puso a sacudir margaritas mientras pensaba y eligió saltar,bajar la tuna y pintarse el pico de colorado. Después quiso arreglarse un poco las plumas,pero para eso tenía que esperar al viento,que era su modista y tintorero. 

- ¡Uy! –dijo–.Si me miro sabré cómo estoy de buena moza,y si no,no.¡Qué sé yo! Eligió mirarse,y se gustó mucho en el agua chispeante de sol.

Y estaba estirando la patita para irse por el camino verde réqueteverde cuando, tuit, tuit, le chifló la panza porque tenía hambre de un grano de maíz. 

- Quiero un grano muy pupipu –dijo–.Pero ¡uy!,si como un maíz no me voy enseguida,y si no lo como la pancita seguirá haciendo tuit,tuit.¡Qué sé yo! 

Y eligió buscar un grano de maíz para comérselo. 

Empezó a caminar toda durita,porque si no,le parecía que se le iba a despintar el pico. A los dos ratitos más o menos,encontró un grano de maíz amarillo, panzoncito y de nariz blanca. 

- ¡Qué grano tan pupipu! –dijo la polla abriendo apenas el pico para que no se le despintara. 

Después se quedó parada en medio del camino verde réqueteverde diciendo: 

- ¡Uy! Si pico, me ensucio el pico. Si no pico, pierdo mi grano. ¿Pico o no pico? 

Y ahí se quedó la polla plantada,déle que sí,déle que no. 

Y si se comió el grano pupipu o no se lo comió, la verdad de las cosas...¡Qué sé yo!


CUELLO DURO


Elsa Isabel Bornemann 
en Antología del Cuento Infantil,Edit.Latina;Bs.As.

- ¡Aaay! ¡No puedo mover el cuello!- gritó de repente la jirafa Caledonia. 

Y era cierto:no podía moverlo ni para un costado ni para el otro; ni hacia delante ni hacia atrás...Su larguísimo cuello parecía almidonado. 

Caledonia se puso a llorar. 

Sus lágrimas cayeron sobre una flor. Sobre la flor estaba sentada una abejita. 

- ¡Llueve!- exclamó la abejita. Y miró hacia arriba. 

Entonces vio a la jirafa. - ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás llorando? 

- ¡Buaaa! ¡No puedo mover el cuello! 

- Quédate tranquila.Iré a buscar a la doctora doña vaca. 

Y la abejita salió volando hacia el consultorio de la vaca. 

Justo en ese momento,la vaca estaba durmiendo sobre la camilla. 

Al llegar a su consultorio,la abejita se le paró en la oreja y Bsss...Bsss...Bsss...- le contó lo que le pasaba a la jirafa. 

- ¡Por fin una que se enferma!- dijo la vaca,desperezándose-. Enseguida voy a curarla. 

Entonces se puso su delantal y su gorrito blancos y fue a la casa de la jirafa,caminando como sonámbula sobre sus tacos altos. 

- Hay que darle masajes- aseguró más tarde,cuando vio a la jirafa-.Pero yo sola no puedo.Necesito ayuda.Su cuello es muy largo.

Entonces bostezó:- ¡Muuuuuuaaa!- y llamó al burrito. 

Justo en ese momento,el burrito estaba lavándose los dientes. 

Sin tragar el agua del buche debido al apuro, se subió en dos patas arriba de la vaca. 

¡Pero todavía sobraba mucho cuello para masajear! 

-Nosotros dos solos no podemos- dijo la vaca. 

Entonces,el burrito hizo gárgaras y así llamó al cordero. 

Justo en ese momento,el cordero estaba mascando un chicle del pastito. 

Casi ahogado por salir corriendo,se subió en dos patas arriba del burrito. 

¡Pero todavía sobraba mucho cuello para masajear! - Nosotros tres solos no podemos- dijo la vaca. 

Entonces,el cordero tosió y así llamó al perro. 

Justo en ese momento,el perro estaba saboreando su cuarta copa de sidra. Bebiéndola rapidito,se subió en dos patas arriba del cordero. 

¡Pero todavía sobraba mucho cuello para masajear! - Nosotros cuatro solos no podemos- dijo la vaca. 

Entonces,al perro le dio hipo y así llamó a la gata. 

Justo en ese momento,la gata estaba oliendo un perfume de pimienta. Con la nariz llena de cosquillas,se subió en dos patas arriba del perro. 

¡Pero todavía sobraba mucho cuello para masajear! 

- Nosotros cinco solos no podemos- dijo la vaca. 

Entonces,la gata estornudó y así llamó a don conejo. 

Justo en ese momento,don conejo estaba jugando a los dados con su coneja y sus conejitos.Por eso se apareció con la familia entera:su esposa y sus veintricuatro hijitos en fila.Y todos ellos se treparon ligerito,saltando de la vaca al burrito,del burrito al cordero,del cordero al perro y del perro a la gata.Después, don conejo se acomodó en dos patas arriba de la gata.Y sobre don conejo se acomodó su señora,y más arriba también- uno encima del otro- los veinticuatro conejitos.

 - ¡Ahora si que podemos empezar con los masajes!- gritó la vaca.¿Están listos,muchachos? 

- ¡Sí, doctora!- contestaron los treinta animalitos al mismo tiempo. 

- ¡A la una...a las dos...y a las tres! 

Y todos juntos comenzaron a masajear el cuello de la jirafa Caledonia al compás de una zamba,porque la vaca dijo que la música también era un buen remedio para curar dolores. 

Y así fue como- al rato- la jirafa pudo mover su larguísimo cuelo otra vez. 

¡Gracias,amigos!- les dijo contenta-.Ya pueden bajarse todos. 

Pero no, señor. Ninguno se movió de su lugar. Les gustaba mucho ser equilibristas. 

Y entonces- tal como estaban,uno encima del otro- la vaca los fue llevando a cada uno para su casa. 

Claro que los primeros que tuvieron que bajarse fueron los conejitos,para que los demás no perdieran el equilibrio... 

Después se bajó la gata;más adelante el perro;luego el cordero y por último el burro. 

Y la doctora vaca volvió a su consultorio, caminando muy oronda sobre sus tacos altos.Pero ni bien llegó,se quitó los zapatos,el delantal y el gorrito blancos y se echó a dormir sobre la camilla. ¡Estaba cansadísima!

SAPO VERDE

Graciela Montes 
Publicado originalmente en la colección Los cuentos del Chiribitil del Centro Editor de América Latina (Buenos Aires,1978). Actualmente agotado.Reproducido en Imaginariacon autorización de la autora.

Humberto estaba muy triste entre los yuyos del charco. 

Ni ganas de saltar tenía.Y es que le habían contado que las mariposas del Jazmín de Enfrente andaban diciendo que él era sapo feúcho,feísimo y refeo. 

- Feúcho puede ser - dijo,mirándose en el agua oscura ,pero tanto como refeo...Para mí que exageran...Los ojos un poquitito saltones,eso sí.La piel un poco gruesa,eso también.Pero ¡qué sonrisa! 

Y después de mirarse un rato le comentó a una mosca curiosa pero prudente que andaba dándole vueltas sin acercarse demasiado: 

- Lo que a mí me faltan son colores.¿No te parece? Verde,verde,todo verde.Porque pensándolo bien,si tuviese colores sería igualito,igualito a las mariposas. 

La mosca,por las dudas,no hizo ningún comentario. 

Y Humberto se puso la boina y salió corriendo a buscar colores al Almacén de los Bichos. 

Timoteo,uno de los ratones más atentos que se vieron nunca,lo recibió,como siempre,con muchas palabras: 

- ¿Qué lo trae por aquí,Humberto? ¿Anda buscando fosforitos para cantar de noche? A propósito,tengo una boina a cuadros que le va a venir de perlas.

- Nada de eso,Timoteo.Ando necesitando colores. 

- ¿Piensa pintar la casa? 

- Usted ni se imagina,Timoteo,ni se imagina. 

Y Humberto se llevó el azul,el amarillo,el colorado,el fucsia y el anaranjado.El verde no,porque ¿para qué puede querer más verde un sapo verde? 

En cuanto llegó al charco se sacó la boina,se preparó un pincel con pastos secos y empezó:una pata azul,la otra anaranjada, una mancha amarilla en la cabeza,una estrellita colorada en el lomo,el buche fucsia.Cada tanto se echaba una ojeadita en el espejo del charco. 

Cuando terminó tenía más colorinches que la más pintona de las mariposas. Y entonces sí que se puso contento el sapo Humberto: no le quedaba ni un cachito de verde.¡Igualito a las mariposas! Tan alegre estaba y tanto saltó que las mariposas del Jazmín lo vieron y se vinieron en bandada para el charco. 

- Más que refeo.¡Refeísimo! - dijo una de pintitas azules,tapándose los ojos con las patas. 

- ¡Feón! ¡Contrafeo al resto! - terminó otra,sacudiendo las antenas con las carcajadas. 

- Además de sapo,y feo,mal vestido - dijo una de negro,muy elegante. 

- Lo único que falta es que quiera volar - se burló otra desde el aire. 

¡Pobre Humberto! Y él que estaba tan contento con su corbatita fucsia. 

Tanta vergüenza sintió que se tiró al charco para esconderse, y se quedó un rato largo en el fondo,mirando cómo el agua le borraba los colores. 

Cuando salió todo verde,como siempre,todavía estaban las mariposas riéndose como locas.

-¡Sa-po verde! ¡Sa-po verde! 

La que no se le paraba en la cabeza le hacía cosquillas en las patas. 

Pero en eso pasó una calandria,una calandria lindísima,linda con ganas,tan requetelinda,que las mariposas se callaron para mirarla revolotear entre los yuyos. 

Al ver el charco bajó para tomar un poco de agua y peinarse las plumas con el pico,y lo vio a Humberto en la orilla,verde,tristón y solo.Entonces dijo en voz bien alta: 

- ¡Qué sapo tan buen mozo! ¡Y qué bien le sienta el verde! 

Humberto le dio las gracias con su sonrisa gigante de sapo y las mariposas del Jazmín perdieron los colores de pura vergüenza,y así anduvieron,caiduchas y transparentes,todo el verano.


EL MONO Y EL YACARÉ

Gustavo Roldán 
Cuentos del Pajarito Remendado;Colihue;Bs.As.;1996

A la orilla del río,mientras tomaba agua,el monito escuchó los rugidos del yaguareté. 

La única salvación estaba en cruzar el río,pero el monito no sabía nadar. 

Y el río era hondo a más no poder. 

Ahí estaba,sin saber qué hacer,cuando vio que se acercaba el yacaré. 

El yacaré era todavía más peligroso que el tigre.Tenía una boca más grande y más dientes que el tigre.Era más peligroso que el tigre. 

Y cada vez se acercaba más. - A usted lo estaba esperando,amigo yacaré. 

- ¿Para qué me esperabas? ¿No sabés lo peligroso que es estar cerca de mí? 

- Para contarle lo que dicen mis hermanas.Tengo tres hermanas muy lindas que siempre lo nombran. 

- ¿Qué dicen? 

- Dicen que tiene la boca chiquita,que tiene la piel muy suave,que tiene los ojos muy dulces,y les gusta mirarlo cuando usted está tomando sol en la otra orilla del río. 

- ¿Tus hermanas viven en la otra orilla? 

- Sí,y si quiere,ya mismo vamos para allá y se las presento. 

- No perdamos tiempo.Subite a mi lomo,así tus hermanas ven cómo te llevo y vos me las presentás. El monito pegó un salto más que rápido,porque ya oía el rugido del yaguareté que estaba llegando al río.

El yacaré se largó al agua y comenzó a nadar. 

- Contame de nuevo qué dicen tus hermanas. 

- Que usted tiene una boca chiquita, que tiene los dientes más parejos y blancos y que tiene una piel lisa que debe ser muy suave. 

- ¿Las tres dicen eso? 

- Sí,sí,las tres –dijo el monito, suspirando aliviado porque ya lo veía al yaguareté llegando a la orilla del río. 

- ¿Y las tres son muy lindas? 

- Muy lindas,así dicen todos,pero ellas sólo piensan en usted. 

- Bueno,ahora me van a conocer.Y yo voy a elegir una para que sea mi esposa. La más linda voy a elegir. 

- La que usted prefiera,amigo yacaré. 

Y siguieron nadando. 

Dos veces más el monito tuvo que repetir lo que decían sus hermanas,y lo que más le gustaba al yacaré era que decían que tenía la boca chiquita. 

Y siguieron nadando hasta llegar hasta la otra orilla. 

El monito saltó a tierra y le dijo: 

- Ahora espéreme aquí,que las voy a buscar para que vengan a conocerlo.Usted quédese tomando sol hasta que volvamos.Y dio un salto,se trepó a un árbol y se perdió en el monte. 

El yacaré se quedó tomando sol en la orilla del río. Y ahí está todavía,esperando.Por eso los yacarés siempre están siempre tendidos a la orilla del río. Están esperando que vuelva un monito trayendo a sus tres hermanas,para elegir a la más buena moza.



MONIGOTE EN LA ARENA


Laura Devetach 
en Monigote en la arena;Colihue;Bs.As.

La arena estaba tibia y jugaba a cambiar de colores cuando la soplaba el viento.Laurita apoyó la cara sobre un montoncito y le dijo: 

- Por ser tan linda y amarilla te voy a dejar un regalo - y con la punta del dedo dibujó un monigote de seda y se fue. 

Monigote quedó solo,muy sorprendido.Oyó como cantaban el agua y el viento.Vio las nubes acomodándose una al lado de la otra para formar cuadros pintados.Vio las mariposas azules que cerraban las alas y se ponían a dormir sobre los caracoles. 

- Hola - dijo monigote,y su voz sonó como una castañuela de arena. El agua lo oyó y se puso a mirarlo encantada. 

- Glubi glubi,monigote en la arena es cosa que dura poco - dijo preocupada y dio dos pasos hacia atrás para no mojarlo.¡Qué monigote más lindo,tenemos que cuidarte! 

- ¿Qué? ¿Es que puede pasarme algo malo? - preguntó monigote tirándose de los botones como hacía cuando se ponía nervioso. 

- Glubi glubi,monigote en la arena es cosa que dura poco - repitió el agua,y se fue a a avisar a las nubes que había un nuevo amigo pero que se podía borrar. 

- Flu flu - cantaron las nubes,monigote en la arena es cosa que dura poco.Vamos a preguntar a las hojas voladoras cómo podemos cuidarlo. Monigote seguía tirándose los botones y estaba tan preocupado que ni siquiera probó los caramelitos de flor de durazno que le ofrecieron las hormigas. 

- Crucri crucri - cantaron las hojas voladoras. Monigote en la arena es cosa que dura poco.¿Qué podemos hacer para que no se borre? 

El agua tendió lejos su cama de burbujas para no mojarlo.Las nubes se fueron hasta la esquina para no rozarlo. Las hojas no hicieron ronda.La lluvia no llovió. Las hormigas hicieron otros caminos. 

Monigote se sintió solo solo solo. 

- No puede ser - decía con su vocecita de castañuela de arena,todos me quieren pero porque me quieren se van. Así no me gusta. 

Hizo “cla cla cla”para llamar a las hojas voladoras. 

- No quiero estar solo - les dijo,no puedo vivir lejos de los demás,con tanto miedo.Soy un monigote de arena.Juguemos,y si me borro,por lo menos me borraré jugando. 

- Crucri crucri - dijeron las hojas voladoras sin saber qué hacer. 

Pero en eso llegó el viento y armó un remolino. 

¿Un monigote de arena? - silbó con alegría.Monigote en la arena es cosa que dura poco. Tenemos que hacerlo jugar. 

“Cla cla cla”,hizo monigote porque el remolino era como una calesita. 

Las hojas voladoras se colgaron del viento para dar vueltas. 

El agua se acercó tocando su piano de burbujas. 

Las nubes bajaron un poquito,enhebradas en rayos de sol. 

Monigote jugó y jugó en medio de la ronda dorada,y rió hasta el cielo con su voz de castañuela. 

Y mientras se borraba siguió riendo,hasta que toda la arena fue una risa que juega a cambiar de colores cuando la sopla el viento.

EL HOMBRECITO VERDE Y SU PÁJARO


Laura Devetach 
en El hombrecito verde y su pájaro;Colihue;Bs.As.

El hombrecito verde de la casa verde del país verde tenía un pájaro. 

Era un pájaro verde de verde vuelo.Vivía en una jaula verde y picoteaba verdes verdes semillas. 

El hombrecito verde cultivaba la tierra verde, tocaba verde música en su flauta y abría la puerta verde de la jaula para que su pájaro saliera cuando tuviera ganas. 

El pájaro se iba a picotear semillas y volaba verde,verde,verdemente. 

Un día en medio de un verde vuelo,vio unos racimos que le hicieron esponjar las verdes plumas. 

El pájaro picoteó verdemente los racimos y sintió una gran alegría color naranja. 

Y voló,y su vuelo fue de otro color.Y cantó,y su canto fue de otro color. 

Cuando llegó a la casita verde,el hombrecito verde lo esperaba con verde sonrisa. 

- ¡Hola,pájaro! – le dijo. Y lo miró revolotear sobre el sillón verde,la verde pava y el libro verde. 

Pero en cada vuelo verde y en cada trino, el pájaro dejaba manchitas amarillas,pequeños puntos blancos y violetas. 

El hombrecito verde vio con asombro cómo el pájaro ponía colores en su sillón verde,en sus cortinas y en su cafetera. 

- ¡Oh,no! – dijo verdemente alarmado.

Y miró bien a su pájaro verde y lo encontró un poco lila y un poco verdemar. 

- ¡Oh,no! – dijo,y con verde apuro buscó pintura verde y pintó el pico,pintó las patas,pintó las plumas. 

Pero cuando el pájaro cantó,no pudo pintar su canto.Y cuando el pájaro voló,no pudo pintar su vuelo.Todo era verdemente inútil. 

Y el hombrecito verde dejó en el suelo el pincel verde y la verde pintura.Se sentó en la alfombra verde sintiendo un burbujeo por todo el cuerpo. 

Una especie de cosquilla azul. Y se puso a tocar la flauta verde mirando a lo lejos. 

Y de la flauta salió una música verdeazulrosa que hizo revolotear celestemente al pájaro.


 LA PRINCESA SUKIMUKI - MARÍA ELENA WALSH




CLARITA SE VOLVIÓ INVISIBLE - GRACIELA MONTES



LA LEYENDA DE LA YERBA MATE



PEDACITOS DE MAGIA